El pasado fin de semana me desplacé a la población de Pont de Suert para
participar en la Ultra Trail/Caminada del Port. Tenía por
delante un durísimo recorrido de 47km que parte de Pont i finaliza en la villa
de Vielha, tras sumar un total de 3.615 metros de desnivel acumulado. Una
prueba que en la presente edición se ha decidido dedicar a la memoria del alpinista Juanjo Garra.
A las dos de la madrugada a uno le cuesta levantarse, pero ante tal reto la
ilusión puede con todo. También ayuda que el día anterior me puse a dormir a
las siete de la tarde para dar el descanso necesario al cuerpo.
En medio de un gran ambiente a las 4:30h voy a buscar el dorsal. En una
mesa se nos ofrece a los corredores algo de picoteo y un irresistible caldo
caliente. En el exterior la temperatura roza los 4ºC y sigue descendiendo.
Con puntualidad suiza a las cinco de la madrugada se da la salida a la
travesía, que parte de la iglesia de Pont de Suert. Un magnífico aspecto y
todos equipados con frontal, porque a estas horas es negra noche. Formando una
bella serpiente luminosa.
La salida tiene muy buena pinta y me adapto sin problema al ritmo del grupo
de cabeza formado por cuatro corredores. Realizo una pequeña pausa técnica y al
reemprender la marcha tengo un despiste y me desvió de la ruta original. Milagrosamente
aparece un chaval muy amable de la organización que se adelantaba para tomar
fotos con bici y me redirige por una pista a la ruta original.
Creo haber perdido mucho tiempo, pero progreso sin grandes problemas
juntamente con otro corredor. En unos kilómetros me doy cuenta que me he
descolgado del compañero y que estoy solo ¡Toda una experiencia correr bajo la
luna llena en plena solitud!
Van pasando las horas y justamente antes de llegar a Vilaller adelanto a un
par de corredores. En este pueblo tenemos el primer avituallamiento y punto de
control. Un poco de isotónico y sandia y, ¡adelante!
A partir de este punto ya no me cruzare con ningún otro participante hasta al
cabo de unas cuantas horas. Aunque los caminos solamente los veo iluminados con
la luz del frontal, la luna llena permite ver con cierta nitidez el precioso
paisaje que nos rodea.
Un camino muy bonito me acompaña hasta Senet, segundo punto de control. El
avituallamiento de este punto se encuentra repleto de productos (jamón, pan con
tomate aceite y sal, quesos variados, frutos secos, chocolate, caldo caliente,
chuches, sandia, isotónico…) ¡Y uno aprovecha! Por sorpresa mía, me comunican
que por delante simplemente tengo cinco corredores y de gran nivel, pero tengo
claro que la cosa no va a acabar así…
Sigo progresando en dirección a la presa de Baserca, donde los corredores
afrontamos una larga y dura pista con pendiente que roza el cuarenta por ciento
y en algún punto lo supera. Con unas piernas algo machacadas ahora toca
descender lo subido. Una vez completado este trámite me alcanza la primera
corredora, muy simpática. Creo recordar que se llamaba Ester.
Seguidamente alcanzamos el Refugio de Conangles, donde se encuentra el
tercer punto de control y avituallamiento. Queda poco para el final, pero viene
la parte más dura y técnica de toda la carrera. Tenemos que ascender el Puerto
de Vielha, que supera los 2400m. Una ascensión magnífica, donde viviremos un espectáculo
esplendido, con vistas a las cimas más altas de los Pirineos.
Pero para mí, esta ascensión se convierte en una auténtica “tortura”. El
camino es muy abrupto y el dolor de piernas alcanza su máxima expresión.
Decaigo anímicamente, la ascensión parece infinita y se me hace excesivamente
pesada. Solamente en las vistas encuentro el consuelo. El goteo de corredores
que me adelantan es constante, muchos de ellos provienen de la media maratón y
van muy frescos. La gran mayoría intentan levantar el ánimo a los de la
maratón, que estamos exhaustos.
Finalmente y siendo muy cabezota, como es propio de nuestra tierra, alcanzo
el puerto y paso el punto de control. Me imagino que se debe ver Vielha allí
mismo, pero no se ve nada… Solamente una inmensa tartera rodeada de cimas.
Aunque generalmente me manejo bien y me gustan los canchales, en esta ocasión
me muevo muy torpemente por el terreno, las piernas no coordinan.
Acaba la tartera y ¡Por fin veo Vielha!, eso sí, muuuuuuy lejos. De todas
formas me animo y florecen fuerzas como si llegara la primavera tras un largo
invierno. Empiezo a correr, aunque las piernas están muy tocadas. Sin darme
cuenta alcanzo el mirador del túnel de Vielha en la boca norte. ¡Ya sólo quedan
5km para llegar a Vielha! La motivación va aumentando, especialmente cuando
entro en Vielha. Tras 8h 30min., alcanzo la meta y ¡Por fin puedo descansar!
Por si alguno le interesa la posición final fue 21º en absoluta y 17º en mi
categoría.
Quiero felicitar a la organización de esta prueba, ya que fue excelente ¡Un
once! Un despliegue de voluntarios, equipos médicos, bomberos…  impecable. Con unos avituallamientos repletos
de productos y un trato y atención a los corredores exquisito.
¡Muy recomendable!
Publicado por: Guillem Arnau San Martín Guiral

Por javika

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