El pasado domingo, 20 de Octubre, se disputó la 18ª Quixote Maratón Popular de Castilla la Mancha Internacional sobre un circuito de 42.195 metros, homologado por la Real Federación Española de Atletismo (RFEA), entre las localidades de Ciudad Real y Miguelturra, concediéndose un tiempo máximo de 5 horas para su finalización para los 300 maratonianos que tomaban la salida y que finalmente sólo pudieron completar en el tiempo concedido, 191 corredores (debido principalmente al aumento de temperatura en la segunda mitad de la carrera). Así mismo, también se disputaba la III Media Maratón de Castilla la Mancha, valedera como campeonato regional que citó a 550 corredores, junto 850 participantes en la Carrera de la Mujer y 2.300 en la carrera escolar.
El campeón masculino de la maratón fue HAFID MHAMDI, marroquí afincado en Alcazár con un tiempo de 2:32.29 y la campeona femenina la ciudadrealeña Myriam Laguna con un tiempo de 3:07.04.
Yo, en está ocasión me inscribí con el Club C.A. LA ATALAYA DE CIUDAD REAL, debido a que me invitó mi hermano a su club porque le hacía ilusión que corriéramos juntos, pero él, desgraciadamente no pudo correr por culpa de una lesión de cadera.
Decir que, para ser mi primera maratón el balance fue muy positivo, porque logré finalizarla en un tiempo de 3:00.49 a una media de 4.17 el kilómetro, realizando la primera media 1:30.59, quedando clasificado el 12º de la general, y 2º en la categoría de veteranos A (de 35 a 39 años), accediendo así a los trofeos y al premio en metálico de 60 Euros.
Las sensaciones durante toda la carrera fueron buenas hasta que llegué al km 37, donde me encontré con lo que todos llaman “el muro”, allí las fuerzas empezaron a bajar y los calambres cada vez eran más fuertes. Pero finalmente, no sin sufrimiento, pude completar la prueba y entrar en meta de la mano de mi sobrino (que este año como en ediciones pasadas no pudo acompañar a su padre por culpa de la lesión). La satisfacción que da completar una prueba de tal dureza física y mental es difícilmente describible y la nostalgia que da correr por la calles de la ciudad en que vivía cuando era un adolescente de tan solo 15 años fue genial, pero en frio y una vez cumplido los objetivos marcados, quiero enunciar una frase que siempre me ha gustado decir y creo ahora es el momento, que es la siguiente: “ Lo soñé, lo entrené y lo conseguí”.
Finalmente quiero terminar agradeciendo la carrera a todos los que me apoyan y especialmente a mi mujer Paloma, que sin ella nada de esto podría ser posible. Y a mis hijos Dani y la pequeña Edurne que me esperan con preocupación en casa al finalizar todas las carreras.